La elegí porque me gustó su sonoridad. Porque me pareció una palabra suave, tranquila y tierna. Como mi pequeño mundo.
Y también, porque como dijo Carl Sagan “somos polvo de estrellas”.
Porque cada átomo de tu cuerpo proviene de una estrella que estalló. Y los átomos de tu mano izquierda, proceden de una estrella distinta que los de tu mano derecha.
No podríamos estar aquí si esas estrellas no hubieran estallado, porque los elementos: carbono, hierro, nitrógeno, oxígeno y hierro, todo lo necesario para la evolución, se formaron en las calderas de los núcleos estelares, y el único modo de que llegasen a tu cuerpo, es que esas estrellas tuviesen el detalle de estallar.
Por eso estoy aquí: porque todos, absolutamente todos, tenemos una pequeña gran historia que contar. Porque somos estrellas. Y tenemos la obligación de brillar.